Ficción Mekawing – Cabeza de Playa 1

Régimen de la Colmena – Wan Yang

Siempre recuerdo a mi madre, sentada fumando un cigarrillo en la ventana de nuestro pequeño ataúd-apartamento: un lugar claustrofóbico de colores pasteles insoportable, paredes de plástico y piso de alfombra barata rosada ya bastante sucia por más que mi madre intentaba limpiarla. Los cigarrillos ilegales los conseguía a cambio de copias piratas de vídeos sensoriales, y ella se sentaba allí, en la alfombra, con su brazo apoyado en el dintel de la ventana y las piernas dobladas, contándome sobre cómo era todo en la Tierra mientras detrás de ella las miles de luces de las Megabloques-fábricas reflejaban a las miles, decenas de miles, de personas –La Colmena – trabajando en las millones de partes que mantienen al mundo post-Terrestre.

[SISTEMAS EN LÍNEA – PROGRAMA DE DESPLIEGUE TÁCTICO INICIANDO]

“Era un paraíso” – decía ella – “todo se daba para ser recogido de la mano y no había que pagar por el oxígeno”. Todas las tardes, en el dintel de la ventana, mientras yo estudiaba mis diagramas de flujo para los Torneos Colegiales de Guerras de Robots, ella repetía lo maravillosa que era la Tierra. Uno de los premios del torneo era un reproductor portátil de música, el cuál ansiaba locamente para escapar del repetitivo discurso que entraba a mi mente como la gota de agua en la legendaria tortura china. “Miles de kilómetros verdes con aire puro y agua limpia; campos para correr y jugar Fukbol” – o al menos así lo llamaba ella – “y animales maravillosos que ver”.

[LANZADERA CARGADA – SEGUROS LIBERADOS] [COORDENADAS CONFIRMADAS – ÁREA DE ATERRIZAJE LIBRE]

Pero eso pasó hace mucho tiempo, mi madre, en sus delirios de escape de sus jornadas de 16 horas en la fábrica, recordaba viejos capítulos de vídeos Terrestres sobre lo que había antes, justo antes de que nos diéramos por vencido y nos escondiéramos en colonias espaciales y bases planetarias de nuestros pecados. De los recuerdos de mi madre, sólo el “Fukbol” y las Guerras de Robots en el Colegio fue lo que me salvaron de terminar como cualquier otro en un Megabloque-fábrica trabajando para construir bombillas.

[MEKA EN POSICIÓN – LANZADERA ALINEADA] [DESPEJAR ZONA DE LANZAMIENTO ORBITAL]

La sangre es algo fascinante, en la gravedad cero se junta y coagula de manera sorprendente, siempre trato de pensar en esto luego de una batalla ya que sólo eso me recuerda que al final peleamos entre hermanos. A veces me pongo muy profundo en medio de una batalla, mis superiores siempre me reprimen por comunicar koans durante la batalla, pero más de una vez he iluminado a un compañero cuando mas lo ha necesitado. En todas estas ocasiones la Tierra ha sido un bello fondo de pantalla contra el cual “negocian” nuestras naciones, nunca un lugar, suelo, cielo, gravedad, inercia.

[LANZADERA CARGADA – LANZANDO EN 5]

Creo que es el destino, o creo que me lo busqué sin pensarlo, de todas maneras, es hora de buscar ese paraíso del que mi madre siempre hablaba. En esta máquina de muerte antropoforme de cinco toneladas trato de imaginarme que es lo que hay allá abajo lo suficientemente importante como para crear una base de operaciones en un ambiente no sólo inhóspito, pero totalmente carente de interés económico – créanme, se ha intentado antes – que requiere que tres de sus pilotos más prominentes dejen los conflictos fronterizos y sean asignados a…

[4, 3, 2, 1…]

… ¿la nada?

[LANZAMIENTO]

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